Desde su función como administradora de contrato, la arquitecta y profesora Paulina Kaplán revisa no sólo los aspectos arquitectónicos y constructivos de las obras, sino también los administrativos y contractuales de quienes asumen diferentes funciones en ellas.
Demolición y posterior construcción de hormigones, lozas, cielos, muros y tabiques, además de la habilitación de sistemas eléctricos, de seguridad y control de clima y gasfitería, entre otras tareas, son parte del proyecto de Transformación del Edificio Corporativo de Codelco, ubicado en Huérfanos 1270, en pleno centro de Santiago, a pocas cuadras de otros edificios emblemáticos como la Biblioteca Nacional y el Palacio de La Moneda.
Se trata de la completa restauración y remodelación interior de la casa matriz de la estatal, que está llevando a cabo la empresa española “ASCH Infraestructuras y Servicios” y cuya administradora de contrato es Paulina Kaplan, arquitecta,
académica, y coordinadora de la Cátedra Unesco en Conservación y Restauración de Estructuras Patrimoniales, perteneciente a la Escuela de Ingeniería de Construcción y Transporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
“Es un edificio que tiene un valor muy importante, no sólo desde la perspectiva arquitectónica y estilística, porque su edificación data de la década del 40 o 50, del siglo pasado, sino porque la remodelación que se está haciendo busca
rehabilitarlo para las nuevas formas de trabajo, que es el trabajo a distancia. En un momento hubo 600 personas trabajando de manera presencial en este edificio, mientras que ahora se privilegiará los espacios libres”, explica la arquitecta.
Entre los aspectos modernos que se quiere proveer a la estructura se encuentran equipos tecnológicos como Circuito Cerrado de Televisión (CCTV), climatización, tableros y equipos eléctricos, equipos de control y tecnología, equipos de
iluminación, de detección y extinción de incendios, entre otros.
Junto a Paulina Kaplan, el otro arquitecto que se encuentra en la obra es el también profesor de la misma Unidad Académica, Sebastián Araneda. Para ellos, lo interesante de encabezar esta obra es concretar la decisión de darle
un nuevo valor a la edificación otorgándole nuevas funciones: se trata de habilitar un espacio diseñado y levantado a mediados del siglo XX, dotándolo de toda la tecnología necesaria para adaptar los espacios a las nuevas formas de trabajo, propias del siglo XXI.
“Siempre tenemos que valorar lo que hicieron nuestros antepasados, ingenieros constructores, arquitectos, y poner en valor no sólo la estética sino también la funcionalidad. Porque si a un edificio no le damos funcionalidad se deteriora y al final muere. Ojalá en Valparaíso se pueda hacer algo similar con edificios que son tan nobles”, expresa la profesora Paulina Kaplan, quien además manifiesta que “es un desafío en la parte académica poder transmitir a los alumnos todo lo que se puede hacer en una estructura, la que muchas veces uno puede ver y decir que su vida útil se está terminando, pero no es así”.
El proyecto contempla un plazo de ejecución de alrededor de 1 año y un monto de inversión que supera los 10 mil millones de pesos.